lunes, 10 de agosto de 2015

LEYENDAS: La Viuda Negra

Según cuentan los vecinos, que en los tiempos en que no había luz en el barrio de Sol Naciente, en el cuarto sector de El Progreso, andaban deambulando muchas almas. La más conocida era “la viuda negra”. Los pobladores de la cuarta zona de la avenida Manuel Prado dicen que casi todas las noches aparecía una señora vestida de negro que seguía a las personas que llegaban muy entrada la noche. Mi tío me ha contado que en varias oportunidades, la viuda negra, se le apareció a él.


Una noche, cuando él venía de estudiar, por la altura del colegio “2025” la sombra de un espíritu maligno se le apareció. Tenia la forma de una mujer vestida de negro. Entonces una angustia espantosa apretó su corazón, sus piernas empezaron a temblar y apenas podía sostenerse. Mi tío no supo qué hacer con tanto miedo. Fue entonces que mi tío cogió una piedra y comenzó a correr como loco hacia su casa y en la esquina de la cuadra encontró a unos amigos.

Los amigos le preguntaron: “¿Néstor qué tienes?” “¿Qué te pasa?” “Estás pálido”. Y él les respondió con un rostro de espanto y balbuceando: “hay una mujer de negro que me está siguiendo”. Sus amigos no le creyeron y le dijeron que no sea idiota, que no había nada. En eso, levantaron sus cabezas y sintieron una punzada de horror en sus corazones. Aquella siniestra criatura llamada “la viuda negra” estaba casi junto a ellos. Todos al mismo tiempo corrieron despavoridos por temor a ser llevados por la maldita condenada de Sol Naciente.

Entonces pasaron los años y mi tío ya se había comprado un terreno cerca de la casa de su mamá, mi abuelita. Pero una noche cuando él descansaba en su casa, el espectro de “la viuda negra” nuevamente se le apareció. Esta vez vino volando. Muerto de miedo mi tío salió corriendo, gritando como loco por la calle. Ante tal acontecimiento, los vecinos salieron asustados con sus palos y pitos y solo vieron una siniestra sombra negra que se alejaba rápidamente rumbo al cerro. A los dos días, mi tío puso en venta el terreno por miedo a “la viuda negra”. Hoy en día las personas que viven por los barrios de Sol Naciente, Eliane Karp, Los Solidarios, Los Libertadores y los asentamientos que están al fondo del Km. 22 en Carabayllo, aún cuentan que a medianoche ven a una señora vestida de negro deambulando por las calles oscuras de esos barrios.

Informante: Néstor Lupuche Ipanaque
Recopilado por Julio César Capuñay Lupuche

domingo, 9 de agosto de 2015

LEYENDA: LA GRINGA DE LA CHANCADORA


Me cuenta, mi padrino Moisés Serna, que casi siempre solía ir con su camión volquete a recoger piedras a una cantera en El Progreso. Lo hacia casi siempre por las noches y no llevaba ningún ayudante. Un día cuando el reloj marcaba las 11.45 de la noche fue en su camión a cargar piedras para una construcción. El lugar, conocido como chancadora estaba ubicado en una quebrada del Asentamiento Humano de Hiroshima, en la zona de El Progreso, Carabayllo. 


A eso de la 1.00 de la madrugada ya había terminado de llenar con piedras el camión. Sólo su vieja linterna lo alumbraba en medio de la negra noche y el viento frío. Cuando subió al volquete para regresar a su casa prendió los faros y vio delante del camión a una chica hermosa de cabellos largos y rubios. La cabellera de la chica se reflejaba hacia el camión como unos rayos de luz. Al comienzo se sorprendió, pero después una angustia de espanto atenazó el corazón de mi padrino ante la asombrosa y espeluznante figura. 

No supo qué hacer y se quedó helado. Dice que se persignó varias veces y dio un grito de horror con toda la boca abierta. En un abrir y cerrar de ojos el bello espectro desapareció del lugar. Desde esa fecha nunca más mi padrino ha ido solo a la quebrada y menos en la noche.

Informante: Moisés Serna
Recopilada por Abigail Delzo